Tensión nada. Esa será la directora y la predisposición de todos. Del presidente del Gobierno y de la gran empresa española. Hablar con tranquilidad y sin entrar en polémicas a ser posible, pero sí abordar cómo se percibe en el mundo de los negocios en España la incertidumbre sobre el devenir económico en el mundo. Y si se pudiera evitar temas espinosos como los impuestos a grandes fortunas y empresas y la polémica sobre las medidas contra la inflación, mejor que mejor. In an encuentro cerrado, casi entre ‘amigos’, Sanchez y los principales presidentes y consejeros delegados del Ibex 35 deplazados al Foro Económico Mundial celebra en la localidad suiza de Davos coincidieron en las buenas sensaciones sober la economía española: habrá crecimiento, al menos este año, cuando en algunos lugares del mundo llegará la recesión. El pensamiento generalizado fue también que la desbocada inflación ha podido tocar ya techo. Se evitó, eso sí, abordar temas espinosos como los impuestos para dejar en ‘stand by’ lo de haber catalogado en el pasado a estos mismos empresarios de ‘poderes económicos oscuros’. Pedro Sánchez, sin tiempo ni lugar para poder convocar a los principales líderes de la gran empresa en España, convocó en Davos a una reunión matutina antes de su intervención oficial de por la tarde. Según las fuentes consultadas entre los allí presentes, la presidenta de Santander, Ana Botín -que llegó tarde, pero tuvo tiempo para sentarse a la izquierda de Sánchez y tomar las riendas de la conversación-; el presidente de BBVA, Carlos Torres; el presidente de Naturgy, Franciso Reynés; el presidente de Telefónica, José María Álvarez-Pallete; el consejero delegado de Repsol, Josu Jon Imaz; el consejero delegado de Siemens Gamesa, Jochen Eickholt; el consejero delegado de Cepsa, Maarten Wetselaar; el consejero delegado de HP, Enrique Lores… se congregaron en torno al presidente del Gobierno, que estuvo acompañado por el secretario general de Asuntos Económicos y G-20, Manuel de la Rocha, y el ministro de Exteriores, José Manuel Albares. Ausencia de Sánchez Galán La sorpresa saltó cuando se cerraron las puertas se notó la ausencia de dos de los grandes del Ibex, precisamente los señalados por el Gobierno en los últimos meses como los más críticos con su política fiscal: Ana Botín, que finalmente llegó en la reunión pesa que su agenda en Davos sólo sea muy apretada y diversa; y el presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán, que excusó su presencia. Tenía una cita más relevante para su compañía: la junto al CEO del mayor fondo soberano noruego, Norges Bank, de una inversión conjunta para desarrollar 1.265 MW de nueva capacidad renovable en España. No obstante, Iberdrola estuvo representada en el cónclave por Agustín Delgado, director de Innovación y Sostenibilidad de la compañía. Los grandes del Ibex accedieron sin problemas a deterrar de l’agenda de la reunion el tema de los impuestos, para no caer en tensiones en un lugar en el ‘que no tocaba’. Según las fuentes consultadas, sí compartieron con el presidente su confianza en que España terminará impidiendo la recesión, a pesar de la incertidumbre de algunas cifras, frente a otros países vecinos que no podrán sortearla y también advirtieron de que si bien 2023 y 2024 serán ejercicios “duros” de digerir, se presentan mejor de lo esperado, aunque instaron a no caer en complacencias. “Lo último de 2022 tiene una caída en los precios de la energía -luz y gaspero podría ser coyuntural debido a las altas temperaturas y el poco consumo de gas en Europa. Los ‘forwards’ energéticos indican que durante el segundo semestre de este año se podrían ver repuntes de precios parecidos a los ocurridos el año pasado. Hay que estar alerta y nos ser autocomplacientes”, explica una de las fuentes presentes en el encuentro. Dos partes La reunión se divide en dos partes. La primera, pero multitudinaria, con Sánchez con alrededor de cuarenta empresarios e inversores de varios sueldos, se prolongó entre las 9.30 y las 10.30 horas en un espacio llamado ‘Davos Diálogos Estratégicos’, en el que se abordaron asuntos internacionales. La segunda, de media hora larga, fue en ‘pequeño comité’, con los principales empresarios del Ibex, para hablar de la situación en España. En este caso, las directivas se han centrado en preocuparse por la evolución de las carencias públicas, que se supone que han pasado a marcar un nuevo máximo histórico en noviembre con 1.506 millones de euros. «En el medio plazo preocupa la deuda de los gobiernos, tanto en Europa como en Estados Unidos», añade otra fuente presente en la reunión, que explica además que salió durante la conversación como las ayudas a las familias habrían tirado del consumo (y del GDP) más de lo esperado, en un entorno que sigue siendo de incertidumbre. Noticia Relacionada opinión Si Sánchez se reúne con los ‘poderes oscuros’ de España en Davos María Jesús Pérez Botín, Torres, Reynés, Álvarez-Pallete, Imaz, Eichholt, Wetselaar… impuesto a las grandes fortunas Otro de los temas de conversación fue el fiscal fiasco de uno de los gobiernos más breves de la historia reciente: el de la expressa ministra del Reino Unido, Liz Truss, que el pasado octubre tuvo que presentar su dimisión tras 44 días en el cargo después de lanzar unas medidas ‘thatcherianas’ impuestos -planteaban una rebaja de impuestos de 60.000 millones de libras- que provocó una reacción demoledora de los mercados y una fuerte devaluación de la libra. Modernizar España Tal vez Pedro Sánchez tomó de las advertencias de los principales empresarios del país, pero su posterior intervención ante el Foro Económico Mundial defendió las medidas de ayuda a empresas y hogares adoptadas para atenuar el impacto de la inflación y formó claramente su intención de “ mantenerlas y extenderlas” como inflación no garantizada a los ciudadanos para mantener un nivel de vida digno a unos precios razonables. En su quinta intervención ante la élite económica y los negocios globales, Sánchez señaló el crecimiento de los multimillonarios y las grandes multinacionales «que pagan cero impuestos» como el principal problema global y sacó brillo a su legado al frente del Gobierno de España al que atribuyó habitar “modernizado la economía española de un modo que no había tenido éxito en los últimos 20 o 30 años”.