Mantente en un estado de bienestar constante. Por una situación utópica pero Joanne Cameron, una mujer de 75 años en Escocia, aguanta la suerte de vivir de esa manera. A esto se relaciona una modificación en la expresión del género FAAH, productor de una enzima que procesa los endocannabinoides y que los organismos absorben.

Los niveles de anandamida, una sustancia con efectos similares a los de la marihuana, son más alto de lo normal en el culo de Cameron. Entonces, por encima de los niveles de ansiedad, estrés o dolor son mucho menores.

«Esto me hace ridiculamente feliz”, dijo la mujer al diario El País de España.

Su caso parece ser la llave para el desarrollo de analgésicos sin el riesgo adictivo de los opioides, según señala el diario español.




El caso de Jo Cameron, la mujer que no siente dolor, podría ser la clave para desarrollar analgésicos.

La historia de Cameron llegó en 2013 a los expertos en genética del dolor de University College London (UCL), luego de que sus médicos se dieron cuenta de que no sentí dolor tras dos operaciones complejasuna de cadera y otra de mano.

Desde ese momento, los investigadores intentan comprender Que hace un cameron especial. La idea, con este análisis, es ayudar a millones de personas que viven con dolor crónico y doloroso y, hasta el momento, deben recurrir a medicamentos que generan adicción.

nuevo estudio

En el último tiempo, el Revista Cerebro publicó un trabajo liderado por Andrei Okorokov y James Cox, de la UCL, en el que los investigadores detallaban algunas de las particularidades de Cameron.

Una de cada tres personas tiene mutado el gen FAAH y niveles más altos de anandamida, pero no todos disfrutan de la protección que tiene esta mujer de Escocia. Esto tiene que ver con que ella presenta otra rara mutacion en el gen FAAH-OUT, que se encuentra en lo que se conocía como ADN basura, una parte del genoma que se consideró inútil porque no produce proteínas.

En los últimos años, se descubre que estos genes influyen en cómo se expresan los genes que producen proteínas. Esta interacción explica el caso de Cameron.

«El gen FAAH-OUT es una pequeña esquina de un vasto continente que este estudio ha comenzado a cartografiar», dijo Okorokov, uno de los investigadores.

Además de identificar la base molecular de la ausencia de dolor, este trabajo dio con la forma en la que la tal mutación mejorar el estado de ánimo o facilita la curación de las heridassegún detalle el diario español.

Para Okorokov, «estos hallazgos tendrán implicaciones importantes para áreas de investigación como la curación de las heridas o depresión”.

Los investigadores observaron que, además de reducir la actividad del gen encargado de eliminar los endocannabionidos de la sangre, había 348 genes atenuados y al menos 797 intensificados. Entre ellos encuentra el WNT16, relacionado con la regeneración de los huesoso el BDNF, que influye en el estado de ánimo.

Javier Fernández, director del grupo de investigación de cannabinoides de la Universidad Complutense de Madrid, opinó que estos resultados «abren la posibilidad de intervenir directamente en este proceso regulatorio”.

El investigador destacó que, desde el punto de vista páctico, aún es ciencia ficción, “porque es difícil llevar a cabo este tipo de agentes a los sitios donde van a ser útiles y, en muchos casos, son enzimas o proteínas muy ubicuas, por lo que una herramienta así puede afectar a muchas cosas y tener efectos secundarios”. Sin embargo, aseguró que «es una buena guía cara al futuro”.

Aunque Fernández reconoce que la potencia de los cannabinoides para combatir el dolor es menor que la de los opioides, recuerda que «También son mucho más seguros».

Según el investigador, una forma de aprovechar estos efectos sinérgicos consistiría en combinaire una dosis baja, que por sí sola no tiene efectos, de un opioide, con otra dosis reducida de un cannabinoide. “Con esa combinación se obtendrían los mismos efectos que los opioïds usados ​​​​​​ahora, pero sin los problemas de la epidemia por el uso de esos fármacos que se ha visto en Estados Unidos y ahora se empieza a ver en Europa”, explicó .

Por su parte, Andrés Ozaita, catedrático de Farmacología de la Universitat Pompeu Fabra, sostuvo que el conocimiento obtenido con el estudio de personajes como Joanne Cameron ha podido terapias que cambien la forma de escuchar el tratamiento del dolor.

«Conociendo estos mecanismos de la expresión del gen, se pueden plantar nuevas aproximaciones, como la terapia génica para personas con dolor crónico”agregado Ozaita.

Este tipo de terapia consiste en la transferencia de material genético para cambiar la expresión de algunos genes de los pacientes y que pueden parecer más a personas como Cameron.

Aunque Cameron es un personaje con menos ansiedad y dolor que la mediaella misma reconocía en 2019 que sus mutaciones no solo ofrece ventajas: «Me quemo a menudo en la cocina y no me entero hasta que huele a carne quemada. Tengo muchas cicatrices en mi corazón”.

«No, es algo bueno. Esto tiene sus ventajas y sus inconvenientes. El dolor te avisó que algo malo está pasando y yo no me entero«, anuncio.

CS