Amenazas de funcionarios electos que aceptan la acogida de refugiados en Callac (Côtes-d’Armor), Saint-Brevin-les-Pins (Loire-Atlantique) y Bélâbre (Indre). Cancelación de conciertos del cantante Bilal Hassani en una iglesia de Lorena, luego del organista Kali Malone en una iglesia de Carnac (Morbihan), ante las amenazas de fundamentalistas católicos que juzgan los hechos «profanatorios». Polémica tras un evento infantil con una drag queen en Burdeos…

Las movilizaciones y la intimidación de la extrema derecha francesa -desde partidos políticos hasta grupos neofascistas- se han multiplicado en los últimos meses. Un «resurgimiento» sin precedentes, pero modos de actuación clásicos de este lado del espectro político, según Jean-Yves Camus, especialista en movimientos de ultraderecha y codirector del Observatorio del radicalismo político de la Fundación Jean-Jaurès.

¿Se multiplican las puñetazos de la extrema derecha o se benefician de un foco mediático?

No hay un efecto magnificador mediático: claramente hay un resurgimiento, no de un simple «agit-prop» de extrema derecha, sino de actos de intimidación dirigidos a una amplia variedad de eventos y proyectos. Son centros de acogida para solicitantes de asilo (CADA), lugares de culto preparados para albergar eventos culturales, lecturas organizadas por drag queens… Todo ello justificado por un mandato moral dictado por multitud de organizaciones y pequeños grupos de derecha.

Entre estas acciones, podemos señalar la particularidad de las otorgadas contra la CADA. Constituyen una paradoja en la militancia de extrema derecha. Los autodenominados defensores del orden público, la soberanía, la soberanía y por ende la fuerza del Estado se oponen… decisiones y medidas puramente estatales: el Estado presente en cada etapa de intervención en estos lugares, desde su instalación hasta el seguimiento de las la gente recibió.

Aparte de las CADA, ¿las movilizaciones de los últimos meses no son nada nuevo?

Para acciones justificadas por la moral, Civitas ha estado a la vanguardia desde su creación [en 1999] contra toda exhibición de obras o representaciones de obras de teatro consideradas blasfemas. Sobre un asunto aquí en Theocrats, un partido declarado [depuis 2016] de la que una de las primeras batallas, escrita en su programa, es la negación total de un principio consagrado en la Constitución: la laicidad de Francia. Su deseo de imponer una versión radical del catolicismo lefebvrista no tiene posibilidades de éxito. Pero sus acciones a veces pueden hacer que los organizadores fracasen en los eventos a los que apuntan, por temor al desorden público.

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