En marzo, Ales Bialiatski, coganador bielorruso del Premio Nobel de la Paz y presidente de Viasna, una de las principales organizaciones bielorrusas de derechos humanos, fue condenado en Bielorrusia a diez años de prisión. En el mayor secreto, la Federación Internacional de Derechos Humanos (FIDH) y la ONG rusa Memorial, miembros de su red, asistieron al juicio y encabezaron dos misiones de observación. El informe de la FIDH, publicado el miércoles 12 de julio, documenta las múltiples violaciones procesales cometidas durante las audiencias, y constituye una inmersión en los grotescos escenarios del represivo sistema judicial de Bielorrusia“una de las dictaduras más violentas del mundo” OMS “Ya ni siquiera le importan las apariencias del estado de derecho”.

El juicio se celebró entre enero y marzo, en Minsk. Ales Bialiatski, de 60 años, fue juzgado al mismo tiempo que Valiantsin Stefanovitch, copresidente de Viasna y vicepresidente de la FIDH, así como Uladzimir Labkovitch, abogado de Viasna y coordinador de la campaña de la organización por elecciones libres. Los tres fueron acusados ​​de «contrabando» y «financiamiento de acciones grupales que constituyeron violaciones flagrantes del orden público».

Oficialmente, el juicio estaba abierto al público, pero “observadores y periodistas independientes no pudieron asistir”, dice el informe, porque muchos de ellos estaban tras las rejas o habían salido del país huyendo de la represión. Otros se vieron «prohíben el acceso a la audiencia o se les ordena abandonar el recinto después de ser admitidos».

Los tres imputados comparecieron en la sala del tribunal esposados, sentados en una jaula metálica. Ales Bialiatski pidió tiempo adicional para estudiar los documentos de su vertiginosamente grueso archivo -283 volúmenes de 300 páginas cada uno- porque solo había tenido un mes para leerlo. Esta solicitud, como las demás, fue rechazada. El juez también impuso que el juicio se lleve a cabo en ruso, a pesar de las reiteradas solicitudes del premio Nobel de que se lleve a cabo en su lengua materna, el bielorruso.

Testigos interrogados fuera del juicio

Entre los disparates revelados durante el juicio, se interrogó a un centenar de testigos para compilar la acusación, pero «algunos han estado en la corte»tenga en cuenta el informe. “El fiscal leyó las transcripciones de los testimonios de los testigos que no comparecieron, a pesar de las objeciones de los acusados ​​y sus abogados, por lo que se les privó de la posibilidad de contrainterrogar a los testigos”, él continúa. Entre los pocos presentes en la barra, algunos aportaron pruebas que contradecían la acusación, como este vecino de Homiel que aseguró no conocer a los imputados, e incluso se mostró sorprendido de haber sido llamado a declarar en este caso.

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