Barcelona

Ley. a las 13:04

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«El Barça es el Barça, pero aquí me han tratado como un hijo», argumentó el técnico de Santpedor

«El trabajo ya está hecho. Esta Champions da sentido a las cinco Premiers ya todos los títulos que hemos ganado aquí. El Barça es el Barça, pero aquí me han tratado como un hijo», argumentó Pep Guardiola, tras derrotar al Inter (1 -0) y erect in el técnico más influyente en la historia contemporánea del fútbol. Es el único que tiene dos trillizos. Uno con el Barça (2009), otro con el City (2023).

El destino: «Estaba escrito en las estrellas»

Al final, «este puto torneo», Como Guardiola, disculpándose de inmediato por el lenguaje grosero utilizado, se decidió por detalles. No fue la mejor versión del City, atrapado en la telaraña táctica que tejió el Inter. Enredado, además, el conjunto inglés al punto de que s’entiazado por la presión por lo que la pelota, que suele volar, fluía lenta y temerosa. Al final, beso la Champions.

¿Para que? «Estaba escrito en las estrellas», proclamó el técnico ciudadano. «¿Revancha para mí? No. ¿Qué cambia? ¿Sé más sabio ahora? ¿Soy mejor ahora?», se iba interpelando al sí mismo Guardiola. «¿Qué hubiera pasado si Ederson no salva ese balón? Dirían de nuevo que soy malo. Es así», certificó el entrenador.

«No se trata de ganar la Champions, se trata de estar siempre ahí. No queremos ganar la Champions y desaparecer después. Queremos estar siete, ocho años… Y así, alguna vez la ganas», certificó el técnico. Y la ganó en Estambul tras perderla hace dos años en Oporto.

La arenga: «¡Somos un equipo ‘feliz flor!», gritó en enero

Andaba el City segundo en la Premier, incapaz de mirar a los ojos de un Arsenal destrozado. Guardiola intuyó el peligro. No solo estaba en juego defender la corona liguera sino, tal vez, toda la temporada. Entonces, alzó la voz. Hablo a la prensa, pero, en realidad, tal si fuera cruyf, se estaba dirigiendo a sus jugadores, a los que veían acomodados, instalados en la pereza que proporciona el éxito.

«Nos falta pasión, nos falta energía», exclamó el técnico apelando a recuperar el fuego perdido. Y no solo en el vestuario. «Quiero una reacción del club, de toda la organización. Quiero que la afición nos exija y nos presione. ¡Que nos grite más!», recalcó Guardiola, poco antes de lanzar un último mensaje. ¿A quién iba dirigido? A todos.

«¡Somos un equipo ‘happy flower’! Si jugamos de esa manera, nos van a destruir». Y eso que el City habia ganado al El Tottenham de Antonio Conte (4-2). Desde entonces, lamas de pasión y buen juego empujaron al equipo de Guardiola hacia el trébol. 31 partidos jugó el equipo inglés desde el desperado grito del técnico.

Logró 24 victorias en una reacción descomunal en la que cedió cinco empates y solo perdió dos partidos – precisamente contra el Tottenham in Londres (1-0) y la intrascendente caída con el Brentford (1-0) -, previo a dos finales ganadas en una semana : la FA Cup al United (2-1) y la Champions al Inter (1-0).

La táctica: «¿El cambio? Jugar con cuatro centrale»

Abandera Guardiola con fanatismo el juego ofensivo, retorciendo a diario su plan táctico para hallar nuevas rutas de cara al gol. Estafa Haaland (53 desaparecidos, 52 tantos) había simplificado ese camino. ¿Dónde radica, sin embargo, el gran cambio del City? No está arriba sino atrás.

«Jugar con cuatro centrale. Somos mucho más sólidos en el área», relató el técnico a preguntas de Thierry Henry sobre el canal de televisión que instaló la CBS en el cesped del Estadio Olímpico de Estambul.

Citó el técnico orgulloso de los números de Stones (lateral en aspecto defensivo y medio medio en el inicio del juego de ataque), Akanji, Ruben Dias y Aké. Ni un solo lateral. ¿Para qué? Endureció Guardiola el rostro del City hasta transformarlo por completo.

Solo ha recibido cinco goles en 13 jornadas de Champions, donde no ha perdido ni un solo partido firmando ocho triunfos y cediendo cinco empates.

Ha sido, ¡quién lo iba a decir!, un equipo maduro y camaleónico, prudente en el Bernabéu, desatado luego en el Etihad, astuto en la interpretación del juego. fr eco de esas 13 partes ha mantenido la portería a cero, firmando unas eliminatorias impecables en el aspecto defensivo.

La fórmula Stones+Akanji+Ruben Dias+Aké perduró el rostro del City y le dio solidez y jerarquía atrás

En octavos de final, el City avaló un parcial de 8-1 en Leipzig; en cuartos, 4-1 al Bayern Múnich; en semifinales, 5-1 al Madrid, al que desposeyó de su corona europea provocando que la revolución que había previsto Florentino Pérez se adelantara.

O sea, si se incluye la final, Ederson solo ha recibido tres goles en los siete encuentros decisivos del torneo, lo que se tragó el cambio de piel que ha inyectado Guardiola. El Inter disparó el doble (faltan 14) que el City (7). Y más los italianos a puerta (6) que los ingleses (4), pertrechados por la banda de los cuatro centrale, la red de seguridad del técnico.

La filosofía: «La Champions destruye proyectos; aquí, no. Gracias, Txiki; gracias, Soriano»

Sin que nadie le preguntara halló Guardiola una conexión rápida con la primera y única Copa de Europa que ganó como jugador del Barça. Era en 1992, el comienzo de ‘Equipo soñado‘. «En las finales juegas con mucha presión, excepto Koeman, que jugó como si estuviera en su jardín», certificó el técnico del City, quien halló también puntos de conexión con el origen de la época gloriosa del Barça.

También será un equipo italiano. La Sampdoria, en mayo del 92; el Inter, en junio del 2023. Y Rodri, a medio centro, la posición a la que Guardiola dio una nueva dimensión, quedó transformado en el héroe de Estambul. “Me grabó mucho aquella final de Wembley, con esa sensación de masticar un chicle que no se acaba nunca”, confió el técnico, que está perfectamente conectado con la ideología azulgrana que gobierna Manchester.

Allí anida, por ejemplo, desde 2012 Txiki Begiristán, autor de dos proyectos de Barça campeones (primero con Rijkaard en Paris-2006 y luego con Guardiola en Roma 2009). Y el técnico catalán está en Inglaterra porque antes fue el director deportivo vasco.

«La Champions destroza proyectos. En otro club me habrían echado fuera y aquí me han aguantado», argumentó Guardiola elogiando la paciencia y calmed que le han transmitido tanto Txiki Begiristain como Ferran Sorianoel director ejecutivo de City Football Group.

«En otro club me habrían echado, aquí me han aguantado»

Si él sigue en Manchester (renovó por dos años más por lo que estaría, de momento, hasta nueve) es por el ecosistema que le proporciona Txiki, Soriano y Khaldoon Al Mubarak, el presidente que tutela la inversión desde Abu Dhabi. En el Camp Nou apenas estuvo Guardiola cuatro años. In Manchester, y «con el trabajo ya hecho» y un trébol en la mano, iniciará dentro de un mes su octava temporada.

El ecosistema que le ha creado la Ciudad es perfecto. Tiene un Txiki que supo al lado. Y por el sigue renovando. Ahora iniciará su octava temporada en Inglaterra. En el Camp Nou solo estuvo cuatro

Antes de empezar la final, Guardiola recibió un mensaje de Sir Alex Ferguson, el único dueño del trébol en Inglaterra. Lo cambiaron en 1999 con Estados Unidos. Ahora Guardiola ya está a su lado. Un Guardiola igual de emocionado, acabada la finale, al rememorar sus orígenes. «Hace 14 años del triplete con el Barça. El 14 era el número de Johan Cruyff. Señal de que nos toca». Y toco.