Los primeros años de vida son básicos para el éxito o fracaso educativo. Hay evidencia científica, a la que pocos prestan atención.

Cada vez que se presentan resultados de pruebas educativas estandarizadas -y que muestran bajos desempeños de los alumnos argentinos, pour performance que otros pays de la región o desigualdades crecientes-, la Argentina entra entra un acalorado debate sobre la calidad de la educación que se brinda en las escuelas.

Entonces, aparecen los especialistas señalando Métodos de enseñanza que no funcionan o formatos escolares perimidos, pero pocos hacen foco en una causa que quizás sea tanto o más relevante: que está pasando con esos niños en sus primeros años de vida, lo que conoce como la «primera infancia».

Hay poca información oficial sobre los chicos que están asomando a la vida y lo que sí se conoce -desde la evidencia científica- es que para ellos una buena estimulación en sus casas, así como ir a jardín de infantes de calidad, son fundamentos para su futuro desarrollo cognitivo y social.

Desde entonces, los expertos en neurociencia vienen mostrando el impacto que tiene el nivel inicial en el bienestar físico y motriz de los chicos, así como en el desarrollo de sus habilidades lingüísticas, en la comprensión de conceptos matemáticos, en la capacidad de sostener la atención y autorregular el propio proceso de aprendizaje y las emociones, entre tantos otros aspectos. Sobre todo, para chicos de los sectores vulnerables, que muchas veces no cuentan con suficientes estímulos en sus casas.




El jardín de infantes y un impacto en el bienestar de los chicos. Nieves

Desde el nacimiento hasta los dos años de vida la estimulación depende, en buena medida, de los recursos económicos, culturales, sociales y emocionales de cada familia. Sí la pobreza creciente hace estragos en la población más necesaria.

Y si bien en los últimos 20 años la matrícula del nivel iniciale en Argentina experimentó un 66,9%, el crecimiento se dio, sobre todo, en salas de 4 y 5 años. Aún hay escasa cobertura de salas de 3 públicas y gratuitasy el deficit afecta principalmente a los chicos de familias pobres en las provincias con menos recursos.

A pesar de todo esto, la primera infancia sigue estando entre las ultimas de las prioridades en la agenda argentina. Las motivaciones parecen obvias: esos niños no votan, no reclaman, nunca llenarán una Plaza de Mayo.

Basta con advertir ante la opinión pública -años después y casi a los gritos-cada vez que se presentan los resultados de las pruebas educativas estándar. Y solo para decir que -quizás- ya sea demasiado tarde.

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