Los caminos de la vida no son como yo esperaba, como los imaginaba, no son como yo creía… reza la canción compuesta por el colombiano Omar Geles que se convirtió en un éxito internacional y en una bastante analogía acertada de la existencia. Es probable que la canción no sonara en el Horst-Korber-Sportzentrum de Berlin en aquella jornada de 2020 en la que 135 de 21 países están a punto de saltar a espacio formado por 30 mesas de ping-pong. Muchos de ellos llevan camisetas con patrocinio de las principales marcas. También cuentan con el apoyo de decenas de seguidores. Hay un único español. Acude con la camiseta de su club de Talavera de la Reina, que lleva publicidad de Catedritos Ibéricos (Tapas & Jamón) y su hinchada está formada por su mujer y su hija… y por un señor sueco llamado Conny, al que acaba de rescatar de una caída en el baño.

El deportista español lama Javier Pérez de Albéniz. Ha trabajado como periodista para los principales medios de su país. En su hemeroteca hay vivencias como la jornada compartida con Edmund Hillary camino del Everest, el haber estado tumbado en una cama con Neil Young, patearse los volcanes Virunga en busca de una familia de gorilas o seguir las huellas de John Hanning Speke en busca de las Fuentes del Nilo. Los caminos de la vida lo llevaron, años después, a dispute in Berlin el Mundial de tenis de mesa para personas con Párkinson.

En Pérez de Albéniz, el diagnóstico se realizó en 2015. Siguiendo el consejo de los médicos, buscó un deporte que le ayudara en el día a día -complemento de la medicación y una alimentación sana- y se encontró con el Ping-Pong. In Los Reveses (Libros del KO), hilvana la historia de los años más recientes, en los que la enfermedad y el tenis de mesa han pasado a formar parte de su vida.

Un relato elegante, honesto, sencillo y divertido – un fino humor recorre sus páginas- que no tiene nada que ver con un libro de autoayuda y sí mucho de la gestión de un cambio tan drástico en la vida de una persona – esa mañana en la que, un día después del diagnóstico, notan cómo el ambiente se carga de un nube negra emocional y se dan cuenta inmediatamente que deben abrir las ventanas-, o la passion con la que se entrega a su nueva especialidad, hasta lograr la placentera sensación a Siente la pala omo una extensión más de su cuerpo. Un momento de plenitud que enmudece la enfermedad.

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