Ise entendía por quienes la iniciaron que la reforma de pensiones pasaría «lo que sea necesario», a pesar de la oposición justificada y justificada de una mayoría de los franceses. El objetivo y el contenido de esta reforma llevan las semillas de una división social duradera, mientras que el mercado laboral en Francia sigue estando estructuralmente reservado para las personas mayores, además en un momento en que los franceses están sufriendo el deterioro de los servicios públicos, en particular los sistemas de salud y educación. , y la inflación que los empobrece inexorablemente.

Si bien nuestra Constitución establece en su artículo primero que “Francia es una (…) República democrática y social”, esta reforma, donde el diálogo social se ha reducido a un ejercicio puramente formal de consulta, socava la necesaria protección y cohesión social, a la que el pueblo francés está visceralmente apegado. Si el Consejo Constitucional reveló que el examen de esta reforma no contenía vicios de derecho, no deja de ser viciado desde el punto de vista democrático. Esta secuencia política dejará profundas huellas. Nos obliga a redefinir qué es la democracia deliberativa.

Marca definitivamente el final de la excepción, del paréntesis de un exceso político que llevó el presidente Emmanuel Macron en 2017, dependiente de un sistema político que, como él mismo describió durante la última campaña presidencial, no es parlamentario y que podría llegar al poder una derecha populista, receptáculo oportunista de todos los sufrimientos, de todos los sentimientos de exasperación que atraviesan la sociedad francesa. Consciente de este riesgo pero olvidadizo de lo que es el régimen parlamentario, sus márgenes de acción son muy limitados.

Las NUPES un estallido inevitable y deseable

Condenó los próximos cuatro años de este último quinquenio a convertirse en el escenario de un enfrentamiento hostil y desesperado con los franceses. Y no son los futuros debates sobre la inmigración o las últimas declaraciones arrasadoras sobre el fraude de las prestaciones sociales (mientras que el de las cotizaciones a la seguridad social es mucho mayor) lo que permitiría plantearse un apaciguamiento…

Para encarnar mañana una superación de las fronteras políticas tradicionales, es necesario redefinir un nuevo contrato social con los franceses. Para eso, es necesario que la izquierda republicana de gobierno encuentre el camino del poder político. La reforma previsional lo ha demostrado: no queda nadie en la mayoría presidencial.

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