Los gobiernos europeos están desmantelando las redes de espionaje rusas Idafe Martín. Bruselas Muchas spy films se hicieron con guiones más estupides. El pasado diciembre Agentes eslovenos montaron un operativo especial de extinción de incendios quedarse en la capital del país, Liubliana, a María Mayer y Ludwig Gischun matrimonio aparentemente tranquilo en la cuarentena, con dos hijos, que había llegado al país en 2017, contaban a sus amistades, huyendo de la inseguridad de las calles argentinas.

María montó una galería de arte online en Eslovenia y gracias a su actividad viajó por toda Europa para llevar a cabo las obras de su galería a ferias de arte. Ludwig había puesto en marcha una empresa tecnológica. Les iba bien, tenían una bonita casa y estaban integrados en el país, donde iban haciendo amigos. Eslovenia, salida del derrumbe de la antigua Yugoslavia, es un país pequeño y tranquilo, que ha pasado en nivel de vida a España o Italia.

Tras la operación policial, la pareja fue encerrada e incomunicada y los niños, que no estarían al corriente de la identidad real de sus padres, fueron puestos a cuidado de los servicios sociales. La pareja no había tenido ni derecho tiene un abogado colgante su detención. En la casa y una farmacia que tenían alquilada los agentes encontraron «enormes» cantidades de dinero.

La cantidad de dinero encontrada puede deberse, creen las autoridades eslovenas, a que la pareja podría ser la encargada de pagar a otros agentes rusos.




María Mayer viajaba con frecuencia para promocionar su galería Art Gallery 5´14.

el pasaporte argentino

El pasado enero la prensa eslovena contó que los servicios de seguridad habían detenido a un matrimonio de espías rusos gracias a la información recibida del servicio secreto del otro país. Esa pareja rusa era la que formaban los supuestamente argentinos María Mayer y Ludwig Gisch.

¿argentinos o rusos? La semana pasada la canciller eslovena Tanja Fajon aseguró que la pareja es de nacionalidad rusa, no argentina, por lo que sus pasaportes argentinos serían falsos. El de Gisch decía que había nacido en Namibia en 1984. Para las autoridades eslovenas son miembros de un servicio secreto extranjero que usaron documentos de identidad extranjeros «Obtainidos ilegalmente para vivir y trabajar en Eslovenia con identidades falsas y reunir secretamente información».

Según el diario británico ‘El guardián’, la pareja está detenida a la espera de juicio acusada de haber espiado para Rusia. La historia del diario británico asegura que Moscú reconoció al gobierno esloveno que los detenidos son rusos y que aunque la Justice eslovena esté oficialmente preparando el juicio, serían dos agentes de élite a los que Moscú querría de vuelta y por los que estaría dispuesto a negociar un canje a cambio de occidentales presos en Rusia.

‘El guardián’ también cuenta que Mayer y Gisch serían agentes de élite «ilegales» (no fichados o que no se hacían pasar por ejemplo por diplomáticos) de la división exterior del SVR, el antiguo KGB. No se había detenido a personas desde que en 2010 el FBI detuvo a 10 agentes en Estados Unidos.

María Mayer viajaba con frecuencia para promocionar su galería Art Gallery 5´14.


María Mayer viajaba con frecuencia para promocionar su galería Art Gallery 5´14.

¿Por qué Eslovenia? El país, un pequeño enclave encajado al este de las regiones norteñas de Italia, tiene una importancia muy relativa como objetivo de espionaje. ‘The Guardian’ es una teoría. Como los países más pequeños de Europa, Eslovenia tiene un sistema de contrainteligencia muy limitado y las ventas de ser parte de la Unión Europea, por ejemplo para viajar por el continente sin tener que enseñar documentación.

La pareja formada por Mayer y Gisch viajaba mucho por Europa con la cobertura de sus empleos y manejaba mucha plata en efectivo.

Los vecinos cuentan a la prensa eslovena ya ‘El guardián’ que la pareja hablaba español en casa e inglés con sus contactos, no esloveno. Si el primer mes de detención fue secreto, ahora las autoridades eslovenas ampliaron ese plazo de detención preventiva y la canciller Fajon convocó al embajador ruso para discutir el caso.

Nadie duda de que Eslovenia, con ayuda extranjera, se ha hecho con dos espías de muy alto nivel. Argentinos de falsos pasaportes.

Europa detiene a los espías rusos

El inicio de la guerra de agresión rusa contra Ucrania fue el desencadenante de expulsiones masivas de diplomáticos rusos des de pays europeos. Muchos de esos enviados de volver a Moscú eran, según los gobiernos europeos, personas que trabajaron en realidad para los servicios secretos.

Pero eran lo que en la jerga se conoce como «legales», agentes en la práctica conocidos, de alguna forma tolerados. Esa formará parte en solitario del espionaje rojo rusa en Europa.

La parte «ilegal», la que engloba a los agentes que no están en el radar de los servicios de inteligencia de los países europeos, está empezando a caer ahora, un año después de la iniciación de la guerra. El último caso se produjo en Polonia, con la detention este lunes de dos personas a las que el gobierno polaco acusa de trabajar para los servicios secretos rusos.

La Cancillería polaca dijo, según un cable de EFE, que tenía pruebas de las actividades de espionaje de ambos detenidos. Hace unos días Polonia había detenido a otras nueve personas por enviar información a los servicios secretos rusos y preparar «acciones de sabotaje».

La labor de estas personas, según el gobierno polaco, era la de impedir los suministros (civilians and militares) que ingresan a Ucrania desde la frontera polaca.

Las detenciones en Polonia son las últimas de una lista que en los últimos días fue creciendo. Uno de los casos más sonados destapó en agosto del año pasado cuando un grupo de investigadores anunció que había descubierto que la mujer de nacionalidad alemana y peruana que se hacia pasar por María Adela Kuhfeldt Rivera y que había íntimo con altos cargos militares de la OTAN en una base militar italiana era en realidad una agente del GRU, el servicio secreto militar ruso.

El GRU es responsable, según denuncian desde hace años los gobiernos europeos y la diplomacia del bloque, de ataques como los envenenamientos de ex agentes rusos en Europa o de actividades de ciberataques. Kuhfeldt Rivera era un «ilegal», un agente ruso que hacía pasar por nacional de terceros países y que había construido su personaje durante años.

En junio del año pasado, ya con la guerra en marche, los Países Bajos deportaron a un hombre que había llegado al país con un pasaporte brasileño con el número de Viktor Muller Ferreira. Según los holandeses, era Sergei Vladimirovich Cherkasov. Su objetivo era, según la información hecha pública por el Gobierno holandés, infiltrarse en la Corte Penal Internacional de La Haya.

25 de octubre del año pasado los medios noruegos contaron que sus servicios secretos habían detenido a un hombre, José Asís Giammaria, que se hacía pasar por académico brasileño pero que en realidad era un espía ruso.

Trabajaba como investigador en la universidad noruega de Tromso y según Hedvig Moe, jefe del servicio de seguridad de la Policía (une specie de servicio secreto interior), había sido expulsado del país «porque representaba una amenaza básica para nuestros intereses nacionales».

Antes de tener a este hombre ya habían detenido a siete rusos sospechosos de hacer volar drones y tomar fotografías en zonas a las que Noruega niega el acceso por razones militares y de seguridad nacional.

PA

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